foto por Aliis Sinisalu, Unsplash
Fui a dos lunas de miel con mi mujer y no fue que nos casáramos dos veces. De hecho, al comienzo de la primera luna de miel ni siquiera nos intuíamos.
Fui a dos lunas de miel con mi mujer y no fue que nos casáramos dos veces. De hecho, al comienzo de la primera luna de miel ni siquiera nos intuíamos.
Había pasado casi toda mi vida poniendo guapos a muertos. Y lo veía en sus caras. Todas esas oportunidades, todas esas experiencias, todas esas cosas que querían hacer y no les dio tiempo a vivir. Y cada vez que me levantaba me preguntaba si estaría viendo mi último amanecer, si la próxima vez que a mi vecina Julia se le escapara el gato yo ya no estaría para regañarle por haberme destrozado los geranios. Me preguntaba todos los días si sería hoy el día en que moriría. Y me daba muchísimo miedo morirme.
No por morirme, porque, a ver, seamos sinceros, cuando te mueres, te mueres y ya, y son otros los que se encargan de ponerte guapo. Lo que me daba miedo era que el que tuviera la responsabilidad de ponerme guapo viera en mi cara todas esas cosas que no me dio tiempo a vivir.
De pequeño siempre soñé con irme de luna de miel. Tampoco es que fuera un ñoño romanticón que quería tomar champán bajo la luz de las estrellas hawainas, pero es que cada vez que pasaba por delante de la agencia de viajes de camino a casa veía anunciados viajes de novios. Y yo me imaginaba a todos esos novios haciendo todas esas cosas que se anunciaban y me moría de la envidia.
Y aquí es cuando se me planteó el problema. No quería morirme sin haber hecho todas esas cosas que quiero hacer. Una de esas cosas era irme de viaje de novios. No tenía novia y cuando se lo pedí a mi hermana me miró con una cara muy rara. Tampoco tenía a alguien a quien pueda llamar proyecto de novia. Las páginas de citas online me parecen una cosa muy triste y nunca me he manejado mucho con los ordenadores.
La solución me pareció de lo más simple. Iría de luna de miel solo.
Fue un viaje maravilloso. Y mientras yo tomaba champán a la luz de las estrellas hawainas acompañado de un libro que me contaba cosas mucho más interesantes que cualquier novia que hubiera tenido antes, una camarera más habladora que las camareras normales no pudo evitar preguntarme que por qué estaba viviendo esa "experiencia única e inolvidable " yo solo. Y cuando le expliqué mi razonamiento se rió tan fuerte que se me derramó el champán.
No paró de reírse en la semana que me quedaba de viaje. Y mi libro de cosas interesantes quedó abandonado en el hotel.
Tres años después descubrimos Japón en otro viaje de novios menos convencional, y una vez al año cogemos un avión y conocemos mundo en viajes organizados sin la etiqueta de "luna de miel". Pero para nosotros siguen siendo igual de especiales.
Ahora pienso menos en la muerte, y cuando lo hago, ya no me da tanto miedo.
Acabo de descubrir un proyecto muy chachi llamado #ColectivoDetroit, creado por las administradoras de Quiero ser como Maude y de Billete de Cercanías. Consiste en escribir un texto a partir del ejercicio de escritura que ellas propongan y publicarlo en tu espacio. Yo no lo haré cada dos semanas sino escribiré los ejercicios que me parezcan interesantes, y me he saltado a la torera las pautas que han dado para este escrito. Pero bueno, que me lo he pasado genial y estoy bastante contenta en como ha quedado.
¿Cómo participar en #ColectivoDetroit?
1. Leer el "enunciado" del ejercicio.
2. Interpretar el "enunciado" del ejercicio libremente.
3. Escribir lo que te sugiera.
4. Publicarlo en tu espacio.
5. Contárnoslo para que puedan enlazarte tanto en los comentarios como por las redes sociales.
6. No olvides usar el hashtag #ColectivoDetroit, y disfrutar la participación al máximo.
Enunciado: El reto de esta semana no lo proponemos nosotras. Lo dejamos todo en manos de las máquinas, con casi el total convencimiento de que hay labores que solo las mentes humanas son capaces de realizar. Haz clic en el siguiente link: http://diymfa.com/writer-igniter
A continuación haz clic en: suffle.
La web te proporcionará un personaje, una situación, un elemento de utillaje, y un "escenario".
Haz una captura de pantalla y pégala con el texto que has creado. Podéis "interpretar" las propuestas del writer ignater. Por ejemplo, si en setting el writing ignater propone un castillo rococó, tal vez prefiráis interpretarlo como un loft caro redecorado con antigüedades en la Plaza Mayor de Madrid.
Veamos las alocadas propuestas. Animaos a participar y no olvidéis compartir y hacer correr la voz.